El 2019 llega a su fin cronológicamente hablando. Aunque el tiempo es un invento del hombre a fines prácticos de “medir la vida”.
Según la física cuántica sólo existe el presente, la transformación de las energías y pensamientos que crean la realidad, porque la vida ni el universo no se detiene, van sucediendo ciclos y evolucionando, cambiando, mutando.
Bien se puede aprovechar este invento de la cronología temporal para realizar un balance de como se va transformando nuestra vida del hoy.
Buenas son hacernos preguntas, podemos empezar por las clásicas como ¿he cumplido mis metas y objetivos propuestos realizados? ¿Qué lecciones me han dejado todo aquellos sucesos malos, complicados o dolorosos que me han ocurrido? ¿he sido feliz? ¿ He sabido disfrutar de la vida con armonía?
También es momento oportuno para soltar todo lo malo, todo lo que nos ata, las anclas de nuestras vidas, los apegos a las personas, a las cosas. Es interesante aprender a identificarlos, valorar si nos compensa o no continuar con determinada situación que nos lleva siempre al mismo camino y quizás nos conviene cambiar de rumbo para llegar a otro destino.
Saber despojarnos de las cosas materiales y mundanas, que tarea difícil a veces para algunos, pero tomando conciencia se empieza.
Momento de agradecer
Si bien cada amanecer, al despertar, abrir los ojos estaremos sintiendo que hoy viviremos un día más de vida, es en ese instante que debemos empezar a emanar la energía de la gratitud al universo.
Cada cambio de año podríamos aprovechar para realizar una meditación de agradecimiento sintiendo el amor y limpiando nuestros pensamientos de todo mal.
Regalarnos el momento oportuno de tranquilidad y simplemente sentir la respiración, nuestra temperatura corporal, tomar conciencia de nuestro cuerpo, de nuestro ser. Liberar nuestra mente y dejarla en blanco.
Y si de pedir se trata pidamos salud y sabiduría para afrontar el recorrido de nuestro camino de la mejor manera, evitando problemas innecesarios, aprendiendo de los errores, para ser felices y sobre todo saber dar amor.
Por último dejo un pasaje del libro del Tao Te King de Lao Tsé acerca del hombre sabio.
“El buen viajero no deja huellas.
El buen orador, no ofrece posibilidad de crítica. El buen calculador, no necesita de su ábaco.
El que sabe proteger lo suyo, no necesita de candado ni de llaves, y nadie puede abrir lo que él ha cerrado.
El sabio conoce siempre la forma de salvar a las personas,
Por lo tanto no discrimina a los hombres reprochables.
También sabe como sacar partido a todas las cosas, por eso no hay cosas viles para él.
A esto se le llama seguir su luz interior.
Por lo tanto:
Los hombres malos están a la orden de los hombres buenos,
Y los hombres malos, son el trabajo de los hombres buenos.
Quien no aprecie a sus maestros, ni reconozca su trabajo, se equivoca, por muy inteligente que sea.
Este es el gran secreto.“
Las acciones hechas con respeto hacia los demás no producen reacciones adversas.
El sabio, en el camino no encuentra inconvenientes, no deja marcas físicas a su paso. En los discursos, su cautela y precisión en la exposición, hacen que sus palabras sean irrevocables, no discutidas y crean cambios en quienes la escuchan.
Se aplica el término “salvar”, en el sentido de aprovechar lo mejor de cada cual, de sacar mejor partido de cada persona. El Sabio, penetra en el interior del individuo y obtiene de él lo mejor, situándolo en el camino útil, lo más útil que el individuo pueda ofrecer.
Aprovecha todas las situaciones y saca el mejor partido de ellas, ninguna situación es desechable para él. De todo se saca algo positivo.
Las instrucciones se obtienen en el interior de la persona, la “iluminación” está dentro de cada uno de nosotros, el Tao, nos ayuda a acercarnos a ella, nos orienta para poder percibir la luz interior.(comentarios de Norberto Tucci)
Feliz vida y muchas gracias por leerme.
Laura